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Agotado N.º Artículo: 2597
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Agotado N.º Artículo: 2963
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Una taza de caffellatte por la mañana
Tanto en Italia como en el extranjero, hay muchas maneras de empezar el día: un espresso, un cappuccino o una taza de caffellatte (o latte). Sí, porque el lenguaje del desayuno es internacional, sobre todo cuando se trata de bebidas calientes a base de café.
Café au lait para los franceses, café con leche para los españoles, o simplemente «milk» para los británicos, el nombre cambia, pero la bebida sigue siendo la misma.
Cuidado, sin embargo, con no confundirlo con un capuchino, la preparación y las proporciones son diferentes y las tazas, también, se prestan obviamente a un consumo distinto.
Un caffellatte no es un capuchino
Esta bebida de origen italiano se sirve en una taza especial y única, la taza caffelatte. Grande y espaciosa, la taza permite la mezcla perfecta entre la leche poco espumosa (a diferencia del capuchino) y el sabor fuerte y aromático del café.
Aunque los ingredientes son los mismos, no se deje engañar: la diferencia entre el capuchino y el caffelatte no está sólo en la cantidad de leche utilizada para una u otra preparación. De hecho, la verdadera diferencia entre ambas bebidas radica en el realce de la leche para el caffelatte, más que en su espuma, como en el caso del cappuccino.
El Caffellatte también se presta a la imaginación y a las circunstancias: algunos lo prefieren con leche fría, otros con leche caliente, a algunos les encanta su sabor refrescante en una bochornosa mañana de verano, otros aprecian su sabroso calor independientemente de la temperatura exterior y, por último, hay quien prefiere tomarlo espolvoreado con cacao. Hay una versión diferente para cada ocasión y gusto.
La taza perfecta para el desayuno
Los italianos se toman muy en serio las tradiciones. No en vano, cada bebida tiene su taza ideal, al igual que cada tipo de vino tiene la taza adecuada.
Las tazas Caffelatte no son una excepción. Fabricadas en porcelana y cocidas a temperaturas muy elevadas, de 1.200 a 1.400 grados, para hacerlas resistentes a los golpes y a los cambios de temperatura, luego se esmaltan para darles brillo y hacerlas impermeables. La taza de latte adecuada es más alta y ancha que la de capuchino, para que pueda contener una mayor cantidad de producto.
Aunque la taza de porcelana es, en nuestra opinión, la mejor forma de servir un café con leche, hay quien prefiere servirlo en vaso. Esto tiene dos ventajas según los partidarios de esta tesis: poder ver la bebida y sus matices a través del cristal y evitar verter demasiada espuma de leche. El vaso también es adecuado para servir un café con leche helado. Si usted también prefiere su café con leche en vaso, descubra nuestros vasos para latte macchiato.
La cantidad justa
En cada taza de latte se necesitan 25 ml de café y 200 ml de leche poco espumosa. Sin embargo, las cantidades pueden variar según los gustos personales. Hay quien prefiere el relleno de café y quien quiere disfrutar del placer envolvente de la leche por encima de todo. De gustibus non est disputandum. Por eso, algunas de nuestras tazas para café con leche pueden contener hasta 500 ml de bebida, ¡para un placer exagerado!
Sencillo de preparar, lleno de ese sabor casero, reconfortante, energético y nutritivo, el caffelatte es el compañero ideal para despertarse para muchos italianos.
Así que, ¿por qué no dedicar un poco más de atención a este manjar? La taza adecuada no es sólo una elección de diseño que refleja el carácter personal, sino que es sobre todo la coronación de un momento especial de la mañana: el momento en que se está sentado a la mesa desayunando.